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Parasha Vayetze


PARASHA VAYETZE
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DEDICADO PARA EL ÉXITO, SALUD Y PROSPERIDAD

DE LA FAMILIA BENLOLO SEGAL

QUE SIEMPRE TENGAN ALEGRÍAS, SATISFACCIONES Y ABUNDANCIA EN LO ESPIRITUAL Y MATERIAL


En la Parasha anterior de Toldot describimos el nacimiento de Yaacob y Esav, la venta de la primogenitura y el arrebato de las bendiciones. En nuestra Parasha estudiaremos el casamiento de Yaacob con las hijas de Laban, su trabajo y su huida de Laban.

La salida de Yaacob camino a Jaran:

Yaacob sale de Beer Sheba en la Tierra de Kenaan (Israel) y se dirige a Jaran en la tierra de Aram para casarse con una de las hijas de su tío Laban, como le ordenaron su madre y su padre. En el camino a Jaran pasa por el Monte Moria y se para ahí a hacer Tefila, cuando termina de rezar el sol ya se había puesto y se prepara para dormir en ese lugar, rodea su cabeza con piedras como protección contra los animales malignos y se acuesta a dormir.


El sueño de Yaacob:

En su sueño ve una escalera colocada en el suelo, su parte superior llega al cielo, los ángeles que lo acompañaron en la Tierra de Israel suben por ella y los ángeles de fuera de Israel bajan para acompañarlo en su camino a Jaran. En su sueño Hashem se le revela y le promete entregarle la Tierra de Kenaan a él y a su descendencia. Hashem lo bendice con una descendencia tan abundante como el polvo de la tierra la cual será un ejemplo para todas las naciones del mundo a causa de su justicia y sus buenas cualidades, hasta que las otras naciones deseen ser como ellos. Y le promete cuidarlo de Esav y regresarlo a la Tierra de Israel en paz. Yaacob se despierta de su sueño y comprende que la Shejina (Presencia divina) reposa en este lugar, santifica la piedra que colocó alrededor de su cabeza para ofrendar Korbanot (Sacrificios) en ella. La ciudad en la cual Yaacob se acostó se llama Luz y en estos momentos él cambia su nombre a Bet El.


Cuando Yaacob se acostó a dormir colocó varias piedras alrededor de su cabeza y cuando se despertó había una sola piedra. Nuestros Sabios nos revelan que en la noche las piedras discutían entre ellas sobre cuál de ellas Yaacob colocaría su cabeza y cuando ninguna se quiso dar por vencida se convirtieron en una sola piedra. Podemos prevenir muchas discusiones y disputas si entendiéramos lo que estas piedras comprendieron, al juntarnos y sentirnos cerca podremos resolver nuestras diferencias haciéndonos así más fuertes y unidos como una sola persona.


El juramento de Yaacob:

Yaacob hace un juramento que si todas las promesas que Hashem le hizo se cumplen y Él lo cuidará de no aprender de las malas acciones de Laban, al regresar ofrendará un Korban sobre esta piedra y dará el diezmo de todas sus pertenencias para Tzedaka. Luego Yaacob se dirige a Aram a encontrarse con su tío Laban, el hermano de su madre Rivka.


El encuentro de Yaacob y Rajel:

Yaacob llega a la tierra de Aram y ve un pozo en el campo, el pozo estaba cubierto por una piedra enorme la cual podía ser levantada únicamente por todos los pastores juntos, dado que aún los pastores no se habían reunido estaban esperando junto a sus ganados. Entonces, Yaacob ve a Rajel la hija de Laban llegando a darle de beber al ganado, Yaacob no quiere que ella espere junto a los pastores y se acerca al pozo removiendo la pesada piedra con sus propias manos y le da de beber al ganado de Laban. Yaacob besa a Rajel y llora (Aquí él ve con Ruaj Hakodesh– Providencia divina que ella no será enterrada junto a él en Mearat Hamajpela) y le cuenta quien es él. Rajel se apresura a contarle a su padre que su sobrino Yaacob llegó a Jaran, Laban corre hacia Yaacob, lo abraza, besa y lo trae a su casa.


Yaacob pastorea el ganado de Laban:

Yaacob se queda en la casa de Laban y pastorea su ganado, al principio sin paga alguna, tras un mes Laban le pregunta cuál es el salario que quiere recibir por su trabajo. Laban tiene dos hijas, la mayor se llama Lea y la menor se llama Rajel, los ojos de Lea estaban apagados de tanto llorar rogándole a Hashem que no tenga que casarse con Esav – el hijo mayor de Rivka, Rajel era bella. Yaacob la ama y quiere casarse con ella, estando dispuesto a continuar trabajando para Laban durante siete años a cambio de casarse con su hija Rajel. Laban escucha su propuesta y la acepta. Yaacob pastorea el ganado de Laban durante siete largos años – los cuales se sienten para él como pocos días a causa de su gran amor por Rajel. Al concluir los siete años Yaacob le pide a Laban cumplir con su condición y darle a su hija Rajel como esposa.


El casamiento de Yaacob con Lea y Rajel:

Laban reúne a todos los habitantes del lugar y hace una fiesta por el casamiento, sin embargo, trae a Lea en lugar de Rajel a la Jupa y le da a Lea a Zilpa como sirvienta. En la oscuridad Yaacob no reconoce a Lea y piensa que es Rajel, únicamente al amanecer del día siguiente Yaacob se da cuenta que se casó con Lea. Cuando llega a reclamarle a Laban por su engaño, él le contesta que hizo como es la costumbre en su ciudad – la hija menor no se puede casar antes que la mayor, si él quiere puede casarse también con Rajel a cambio de siete años adicionales de trabajo. Al transcurrir los siete días de fiestas tras el casamiento, Yaacob se casa con Rajel y Laban le da a Bilha como sirvienta. Yaacob continúa pastoreando siete años adicionales.


El nacimiento de los hijos de Yaacob:

Rajel y Lea saben por Ruaj Hakodesh que en el futuro Yaacob tendrá doce hijos de los cuales saldrán las doce Tribus del Pueblo de Israel y hacen Tefila para que ellas tengan el mérito de tener estos hijos, sin embargo, tanto Rajel como Lea son estériles por naturaleza como lo eran Sara y Rivka. Hashem ve el sufrimiento de Lea al no ser amada por Yaacob de la misma forma que Rajel y abre su matriz, sin embargo, Rajel continúa siendo estéril. Lea da a luz a cuatro hijos: Reuben, Shimon, Levi y Yehuda. Rajel le da su sirvienta a Yaacob para que se case con ella y así los hijos que tenga sean considerados de ella también. Bilha da a luz a dos hijos: Dan y Naftali. También Lea le da su sirvienta a Yaacob, la cual da a luz a dos hijos: Gad y Asher. Lea tiene dos hijos más: Isajar y Zebulun, y cuando queda embarazada de su séptimo hijo se juzga a sí misma y calcula que ella ya tiene seis varones, y las sirvientas tienen cada una dos varones, pero Rajel aún no ha tenido hijos, si ella tiene un séptimo varón Rajel solo tendrá uno, siendo así menos que los hijos que tienen las sirvientas. Al darse cuenta de esto, Lea le pide a Hashem que el varón que lleva en su vientre se convierta en niña, Hashem escucha sus Tefilot y nace Dina (De la palabra Din – Juicio, el cual ella se hizo a sí misma). Hashem también escucha las Tefilot de Rajel y ella tiene un varón al cual llama Yosef, para que Hashem le agregue (Yosif) otro hijo. Tras el nacimiento de Yosef, Yaacob le pide a Laban que quiere volver a su casa, por el mérito de Yosef, Yaacob no sospecha que Esav lo vaya a matar. Sin embargo, Laban no quiere que Yaacob se vaya, puesto que ve que Hashem lo bendijo por su mérito y le dice que fije un salario para sí mismo.


El acuerdo de trabajo de Yaacob y Laban:

Yaacob le dice a Laban que su salario serán las ovejas y cabras que tengan en su cuerpo manchas o que su lana sea marrón y Laban se quedará únicamente con las blancas. Yaacob por su lado continuará pastoreando el ganado y toda oveja o cabra que nazca a partir de ahora con manchas en su cuerpo o con la lana marrón pertenecerá a Yaacob y todos los blancos serán de Laban. Laban acepta la propuesta de Yaacob y saca de su ganado todas las ovejas y cabras que no son blancas. Sin embargo, engaña a Yaacob y separa a los animales blancos que están fuertes y sanos, dejando solo a los débiles. Más adelante Laban cambia varias veces las condiciones del salario de Yaacob para su beneficio. Contra el engaño de Laban, Yaacob es astuto y hace que el rebaño, por diversos medios tengan crías con manchas y con lana marrón. El ganado de Yaacob se reproduce abundantemente y adquiere numerosos sirvientes, sirvientas, camellos y burros, enriqueciéndose. Laban envidia su riqueza y Yaacov huye junto a su familia y sus pertenencias. Antes de irse Rajel toma con ella las figuras de idolatría de su padre sin el conocimiento de Yaacob. Cuando Laban descubre que Yaacob huyó junto a sus hijos lo persigue, pero Hashem le advierte que no le haga daño a Yaacob. Cuando Laban ve a Yaacob le pregunta por qué huyó sin despedirse de él y tomó sus figuras de idolatría Yaacob le responde que temió que no le dejará llevarse a sus hijas con él y que no tomó sus estatuas, que por supuesto tampoco nadie de los que estaba con él las tomó y si alguien las había tomado moriría prematuramente. Laban busca las estatuas y no las encuentra. Yaacob y Laban hacen un montículo de piedras y establecen un pacto entre ellos, que Yaacob no se casará con ninguna mujer que no sea hija de Laban y se comportará con ellas con honor, ambos se comprometen a no traspasar este montículo para dañar al otro. Luego de que cada uno se dirige a su camino vienen ángeles a acompañar a Yaacob a la Tierra de Israel, Yaacob llama a este lugar Majanaim (Campamentos) en nombre de los dos campamentos de ángeles que se encontraban ahí, el campamento de los ángeles de fuera de Israel que lo acompañaron hasta este momento y el campamento de los ángeles de la Tierra de Israel que lo acompañarán de ahora en adelante.


Cuando Yaacob se separó de Laban, logró llegar a un nivel tan alto que era apto para encontrarse con los ángeles, sin embargo, mientras estaba con Laban no pudo llegar a este nivel. Podemos concluir que, si ni siquiera nuestro Patriarca Yaacob pudo salvarse de la influencia de Laban, cuánto debemos ser cuidadosos de las influencias de las personas malvadas y negativas que se encuentran en nuestro entorno.


“SHABAT SHALOM”



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