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Parasha Ekev


PARASHA EKEV
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DEDICADO PARA EL ÉXITO, SALUD Y PROSPERIDAD

DE LA FAMILIA BENZAQUEN FICH

QUE SIEMPRE TENGAN ALEGRÍAS, SATISFACCIONES Y ABUNDANCIA EN LO ESPIRITUAL Y MATERIAL


En la Parasha anterior de Vaetjanan, Moshe reprochó al Pueblo de Israel, comenzando por repasar delante de ellos las Mitzvot (Preceptos) que les había instruido previamente. En nuestra Parasha Moshe continúa reprochándolos y repasando delante de ellos Mitzvot adicionales.


La recompensa por el cumplimiento de las Mitzvot:

Moshe describe delante del Pueblo de Israel la gran recompensa que Hashem les otorgará en este mundo si cumplen todas Sus Mitzvot, incluyendo las Mitzvot más simples y diarias, las cuales la persona tiende a menospreciar.


Todas las personas aman hacer grandes Mitzvot, como Hajnasat Sefer Tora (Inaugurar un nuevo Sefer Tora), alegrar al novio y a la novia, entre otras. Sin embargo, las Mitzvot pequeñas que hacemos cada día como la Tefila, las Berajot (Bendiciones) por la comida y la bebida, Tzedaka a los pobres, entre otras, son más difíciles de cumplir y por ese motivo tendemos a darles menos atención. La Tora nos enseña que la persona recibe la bendición precisamente a causa del cumplimiento de estas Mitzvot, por medio de estas pequeñas acciones que a veces parecen insignificantes demostramos que hasta en los pequeños detalles buscamos apegarnos a Hashem.


Hashem amará al Pueblo de Israel y los bendecirá con riquezas y descendencia. No existirá entre ellos un hombre o mujer estériles, incluso entre sus animales. Los cuidará de toda enfermedad y sufrimiento, entregándoselos a sus enemigos. Y los ayudará a conquistar la Tierra de Kenaan (Israel) de manos de sus habitantes, incluso si son naciones más poderosas que ellos.

Y si en los corazones de los integrantes del Pueblo de Israel entrará la duda de cómo podrán vencer a estas naciones poderosas, en las cuales hay gigantes, deben recordarse acerca de las plagas que Hashem les envió a los egipcios hasta que salieron de Egipto. Hashem traerá tales plagas a las naciones malvadas que habitan la Tierra hasta que el Pueblo de Israel salga victorioso.

Moshe le advirtió al Pueblo de Israel que debían exterminar por completo a las naciones que habitaban la Tierra sin tener misericordia de ellos, ya que esas naciones eran corruptas e idólatras. También debían exterminar todas las idolatrías de esas naciones sin tener provecho de la plata y el oro con los que estaban hechos, para no sentir inclinación por la transgresión de Avoda Zara (Idolatría).


Las pruebas y los milagros que le ocurrieron al Pueblo de Israel en el desierto:

Durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto Hashem probó al Pueblo de Israel para ver si cuidarían Sus Mitzvoty a propósito no les proporcionó la comida de inmediato hasta que tuvieron que pedirle a Él y también entonces les hizo bajar el Man del cielo y no les otorgó comida regular para acostumbrarlos a la Emuna (Fé) de que lo que da vida al hombre no es la comida física sino la voluntad de Hashem y con esto se fortalecieron en Emuna y Bitajon (Confianza) en Él.


A simple vista todo parece natural, la persona trabaja y gana dinero, hay quienes son más exitosos y quienes son menos exitosos. Precisamente por eso debemos trabajar en internalizar en nosotros la Emuna de que todo nuestro éxito es únicamente de Hashem. ¿Cómo llegamos a esta realización? Si decimos cada Beraja (Bendición) con intención: “Baruj Ata Hashem Elokenu Melej Haolam…” – “Bendito Tu Nuestro Di.s el Rey del Mundo...”, internalizaremos el reconocimiento de que Él es el Rey del Mundo y quien hace la voluntad del Rey y se dedica a Él con todo su corazón, el Rey cumplirá todos los deseos de su corazón.


Todos esos años que el Pueblo de Israel deambuló por el desierto no tuvieron la necesidad de cambiar sus vestimentas, porque crecían con ellos y tampoco se desgastaban. Y aunque caminaban mucho no se les hinchaban los pies. Las bondades de Hashem también continuarían con ellos en la Tierra de Israel, únicamente debían cumplir con las Mitzvot de Hashem con temor a Él.

Hashem los iba a llevar a una buena Tierra en la cual había muchos arroyos de agua y fue bendecida con siete tipos de frutos: 1) Trigo. 2) Cebada. 3) Uva. 4) Higo. 5) Granada. 6) Aceituna. 7) Dátil. Una Tierra que posee gran abundancia, piedras fuertes para edificar y distintos metales. Y precisamente por la abundancia que posee la Tierra de Israel, el Pueblo debía cuidarse de no olvidar a Hashem y pensar que por el mérito de ellos mismos lograron el éxito.

Moshe les advierte que si realizan Avoda Zara serán expulsados de la Tierra de Israel. Y les continúa advirtiendo que no piensen que por ser personas justas les corresponde vencer a las demás naciones ya que la verdadera razón por la cual Hashem los va a ayudar a vencerlas es por la maldad de las naciones y para cumplir con la promesa que les hizo a los patriarcas de entregarles la Tierra de Kenaan a sus descendientes, pero no por la justicia del Pueblo de Israel.

Porque en todos sus años en el desierto el Pueblo de Israel se negó a escuchar la palabra de Hashem a pesar de que la Shejina (Presencia divina) siempre reposó junto a ellos. Y enojaron tanto a Hashem con sus acciones que quiso destruirlos.


Los sucesos que causaron el enojo de Hashem con el Pueblo de Israel:

Inmediatamente después de la entrega de la Tora, Moshe ascendió al Monte de Sinai para recibir las Tablas de la Ley y permaneció en el Monte durante cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber, para estudiar toda la Tora de la boca de Hashem. Y al final de los cuarenta días Hashem le reveló a Moshe que el Pueblo de Israel cometió la transgresión de Avoda Zara sirviéndole al Becerro de Oro que hicieron.

Por esta acción Hashem quiso exterminar al Pueblo de Israel y sacar de Moshe un pueblo nuevo, sin embargo, Moshe no estuvo de acuerdo y le pidió a Hashem tener misericordia del Pueblo de Israel. Cuando Moshe descendió con las Tablas de la Ley y vio el Becerro de Oro al cual el Pueblo de Israel estaba sirviendo, rompió las Tablas de la Ley, quemó el Becerro de Oro, lo trituró y arrojó sus cenizas al río.

Nuevamente Moshe ascendió al Monte de Sinai durante cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber para pedirle a Hashem que tenga misericordia por el Pueblo de Israel y Hashem respondió a sus plegarias. Hashem también se enfureció con Aharon que obedeció al Pueblo de Israel cuando le pidieron que hiciera el Becerro de Oro y quería exterminarlo, Moshe rezó también por él para que Hashem se apiade de Aharon y elimine el decreto.

El Pueblo de Israel se quejó de Hashem y de Moshe por haberlos sacado de Egipto para hacerlos morir en el desierto y por tener únicamente Man para comer y no carne.

También cuando el Pueblo de Israel enviaron a los espías para explorar la Tierra de Kenaan, buscaban cosas negativas de la Tierra y no creyeron en las palabras de Hashem de que era una tierra buena y que la iban a poder conquistar con facilidad y el Pueblo de Israel no estuvo de acuerdo con entrar en ella.

Luego de que Moshe rompió las Tablas de la Ley. Preparó unas Tablas de la Ley adicionales según las órdenes de Hashem y ascendió nuevamente al Monte de Sinai, sobre esas Tablas de la Ley Hashem escribió los 10 Mandamientos. Y Moshe colocó las primeras Tablas de la Ley dentro del Arca de madera que preparó (Este Arca salía a la guerra junto al Pueblo de Israel).

Al final de los cuarenta años en el desierto Aharon falleció y la nación de Amalek salió a la guerra en contra del Pueblo de Israel. Y en lugar de confiar en Hashem y luchar, el Pueblo de Israel se escapó y los integrantes de la Tribu de Levi tuvieron que luchar contra ellos y traerlos de regreso.


La virtud de la Tribu de Levi:

Luego de la transgresión del Becerro de Oro Hashem escogió a la Tribu de Levi para que lo sirvieran, transportaran el Aron Habrit (Arca de la Alianza) y los utensilios del Mishkan (Tabernáculo) y bendijeran al Pueblo de Israel en Su nombre, por ser la única Tribu que no participó en la transgresión del Becerro de Oro. Debido a que la Tribu de Levi se dedicaban especialmente al trabajo en el Mishkan, no tenían tiempo para trabajar la tierra y por ende no recibieron herencia de los campos y viñedos de la Tierra como el resto de las Tribus (Únicamente ciudades para habitar en ellas), su sustento provenía de las Terumot (Donaciones), Maasrot (Diezmos) y partes de los Korbanot (Sacrificios) que recibían del Pueblo de Israel.

Aunque el Pueblo de Israel no escuchó la palabra Divina, Hashem continúo preocupándose por sus necesidades en el desierto y de introducirlos a la Tierra de Kenaan.


La retribución que pide Hashem del Pueblo de Israel:

¿Qué pide Hashem a cambio de su supervisión al Pueblo de Israel? Únicamente que tengamos temor de Él, que Lo amemos, que vayamos por sus caminos y cumplamos sus Mitzvot con alegría, no para Él mismo sino para el Pueblo de Israel, para que les vaya bien en este mundo y reciban una recompensa eterna en el Mundo Venidero.

El Pueblo de Israel debe comprender el gran mérito que recibieron, que de todas las naciones del mundo Hashem escogió a sus patriarcas Abraham, Itzjak y Yaacov, y a ellos. Por lo tanto, deben cumplir con Su voluntad y no desobedecerlo. Puesto que Hashem no es un ser de carne y hueso al cual se le puede sobornar y si realizan Su voluntad Él los apreciará y si no lo obedecen no lo hará. El Pueblo de Israel debe dirigirse por los caminos de Hashem, así como Él se preocupa por los huérfanos y las viudas y ama al prosélito que no posee cercanos que lo ayuden. Así debemos pensar constantemente en el prójimo y no solamente en nosotros mismos, siendo bondadosos con ellos.


El segundo párrafo de Keriat Shema (La Lectura de la Shema) “Vehaya…”:

Hashem supervisa la Tierra de Israel de una manera especial. Si el Pueblo de Israel cumple las Mitzvot de Hashem con amor y alegría, Hashem hará que llueva en la Tierra y su cosecha crecerá con bendición y abundancia. Sin embargo, si no cuidan Sus Mitzvot y se comportan como el resto de las naciones haciendo Avoda Zara, Él se abstendrá de enviar la lluvia y hacer crecer la cosecha, hasta que finalmente expulsará al Pueblo de Israel de la Tierra.

El contenido de estas palabras, que indican que, por medio del estudio de la Tora y el cumplimiento de sus Mitzvot, seremos merecedores de bondades o el caso contrario. Este párrafo debemos estudiarlo y reflexionarlo constantemente, para recordarlo e introducirlo en nuestros corazones.

Este párrafo debe ser escrito sobre un pergamino y colocado dentro de los Tefilin (Junto a otros tres párrafos, en los cuales está mencionada la Mitva de Tefilin) y atarlos sobre el brazo próximo al corazón - para recordar e introducir estas palabras en el corazón. Y colocarlas en el Tefilin de la cabeza apoyándolo sobre la cabeza entre los ojos - para introducir estas palabras en el cerebro.

No es suficiente con que nosotros estudiemos la Tora, debemos también enseñarla a nuestros hijos, estudiarla en toda situación y en todo momento, mientras la persona se encuentra en su casa, en el camino y todas las horas del día.

También debemos escribir dos párrafos sobre un pergamino, el párrafo de “Shema” (El primer párrafo de Keriat Shema), y este párrafo de “Vehaya Im Shamoa”, y colocarlo en la Mezuza fijándola en la puerta de la casa, para que la persona se recuerde de todo lo escrito en ellos cuando sale y cuando entra a su casa.


La Mitzva de Tefilin y la Mitzva de Mezuza tienen la fuerza de fortalecer en nuestros corazones la Emuna en Hashem y el reconocimiento en el cumplimiento de las Mitzvot, antes de que nos coloquemos los Tefilin y le demos un beso a la Mezuza, dediquemos un momento a pensar acerca del propósito de estas Mitzvot y qué podemos aprender de ellas.


Si el Pueblo de Israel cumple con todas estas palabras, se alargarán sus días y los de sus descendientes en la Tierra de Israel y tendrán la victoria sobre todo enemigo que quiera salir en su contra y conquistarán todos los países que quieran conquistar.


“SHABAT SHALOM”

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